jueves, 28 de octubre de 2010

Un sueño mas que real

Duermevela

No sabía de dónde había salido esa sensación, el día anterior estuvo lleno de cosas nuevas, cosas que nunca pensó que pasarían y que sin embargo habían ocurrido. Se encontraba aún en un estado de vigilia entre el sueño y la realidad, un duermevela de lo mas relajante, movió la cabeza ligeramente para acomodarse sobre su almohada, tan suave y cómoda como no la recordaba antes. Podía sentir la luz del sol que alcanzaba pasar por su cortina, nítida pero leve, pero ella se negaba a abrir los ojos, había tenido un sueño, un sueño hermoso y no quería despertar de él cuando aún lograba sentir en su cuerpo todas esas sensaciones que le había producido.

En su sueño había estado él, esa era la mejor parte, volver a verlo cuando su corazón había perdido ya toda esperanza de que ese encuentro se produjera. Tan real, tan diáfano que aún podía sentir su tacto sobre su piel. Después de la sorpresa inicial de topárselo de frente un día cualquiera, un día normal, la emoción se hizo presente en todo su cuerpo, su corazón había latido acelerado y lo único que había querido era tocarlo para asegurarse de que enserio estaba ahí, de que no era una más de sus alucinaciones.

Y no lo era, podía tocarlo de la misma manera en que su mano se posaba sobre el césped, podía sentirlo tal cual sentía la brisa revolviendo sus cabellos y podía mirarlo de frente, ahí parado, de la misma forma en que podía ver los carros estacionados cerca de ahí. Se había lanzado a sus brazos agradeciendo que de nuevo lo tuviera con ella, no haría preguntas, no preguntaría cosas que él no estaba listo para responder, lo único que importaba era estar así, tenerlo entre sus brazos y que él le dijera que la había extrañado y necesitado tanto como ella a él.

Pero el sueño, el maravilloso sueño, no había terminado ahí. Una sonrisa se poso en su boca mientras movía de nuevo la cabeza en su almohada. Lo siguiente que recordaba era haber estado en esa misma cama con él, acostados platicando, no sabía cómo ni cuándo pero sus labios se habían unido y la explosión de sensaciones había sido tal que lo único que tuvo sentido y lugar en su mente había sido seguir besándolo.

Besos… besos… besos…

Perdió la cuenta de cuantos besos se habían prodigado, perdió la cuenta de las caricias, porque todas esas cosas parecían interminables, como si fueran una extensión la una de la otra, no recordaba cuando habían empezado pero tampoco sentía su final. Sus manos no podían separarse del cuerpo de él y parecía que las de él sentían lo mismo respecto al cuerpo de ella.  Su pulso se aceleraba con cada segundo que pasaba y ansiaba más y más. Nada mas existía en su mundo en ese momento, tan solo respirar, sentir y vivir por y para él. Era como si después de una prolongada sequía lloviera por fin y la vida regresara a un paramo destruido hasta entonces.

-Alán…- el nombre se había escapado de sus labios durante uno de esos momentos en el que el torrente de sensaciones la inundaban, pero sonaba bien, se sentía bien poder volver a emitirlo –Alán…- había murmurado una y otra vez con los ojos cerrados, lo había suspirado, gemido, gritado. El nombre había salido de sus labios de todas las maneras posibles.

Recordaba vívidamente como, cuando pensó que ya no podía existir nada mejor, una sensación arrebatadora de placer absoluto como no había experimentado antes se dejo sentir en su cuerpo, había temblado de placer entre aquellos brazos que la sujetaban con fuerza pero con tal delicadeza a la vez que había parecido imposible. Una sensación de mareo la había asaltado por la intensidad del placer pero él, su Alán, no la había dejado caer, no la había dejado perderse en esa sensación porque al instante había reclamado sus labios con tanta insistencia, con tanta premura y con tanta pasión que ella tuvo que regresar del limbo para corresponderle.

-Reen… te quiero Reen- había murmurado él entre los pliegues del raso beso.

Dos palabras, ocho letras, que hicieron que ella gimiera contra su boca. Los ojos se le llenaron de lagrimas pero no las derramo, él se preocuparía si lo hacía y no quería que nada enturbiara ese momento en el que se sentía tan unida a él, tan cerca, en el que le estaba devolviendo lo que se había llevado desde el día en que desapareciera. Le devolvía la vida, la vida plena que siempre tenía estando a su lado.
Sus brazos lo acercaron más hacia ella, quería gritarle que lo amaba, que lo adoraba mas allá de los límites de la razón, de lo humanamente posible pero no podía, en lugar de eso había intensificado el beso. Y siguió besándolo hasta que sintió que el cuerpo de él temblaba de la misma forma que lo había hecho el suyo minutos atrás, sonrió contra sus labios y libero su boca para dejar escapar de ella el jadeo de placer que Alan profirió, sus labios fueron a su cuello, sintió las manos de él en su barbilla buscando de nuevo poder tener su cara a la altura idónea para poder unir de nuevo sus labios.

Un nuevo beso, pero diferente, tierno, suave, cargado de tanto cariño que ella sabía que de no estar acostada las piernas no habrían bastado para sostenerla. Luego todo se volvió borroso, recordaba vagamente la sensación de su cabeza apoyada contra el pecho de él, las manos de Alan acariciándole el cabello, sus parpados tan pesados que luchar contra el deseo de cerrar los ojos era una batalla perdida pero no quería dormirse, no quería por que tenía miedo, miedo de despertar y que todo fuera un sueño, un simple sueño que haría que de ahora en adelante su vida fuera más vacía al haber sentido lo imposible.

Tal real…

Tan deseado…

Tan querido…

Una de sus manos se movió, aun se negaba a abrir los ojos, no podía enfrentar la realidad. Su mano topo con algo, algo suave, algo que la hizo estremecerse, sintió la respiración de alguien encima de sus cabellos; entonces, poco a poco, milímetro a milímetro fue abriendo los ojos. Una visión borrosa fue lo primero que alcanzo a percibir, parpadeo un par de veces para mejorar su visión.

Sonrió cuando la imagen se aclaro, su mano había topado con la mano de Alán, era evidente que se había quedado dormido abrazándola, su brazo había resbalado a lo largo de la noche. Una felicidad plena se instalo en su pecho, lo que hasta ahora había tomado como una suave y cómoda almohada era nada más y nada menos que el torso desnudo de su mejor amigo. No había sido un sueño y ella no podía creerlo.

La vida volvía a sonreírle, el mundo se veía con más brillo, aún con una enorme sonrisa en los labios volvió a cerrar los ojos para disfrutar de la sensación que le prodigaba el tenerlo a su lado. Por primera vez en mucho tiempo no había despertado sola y lo mejor era que por primera vez en la vida lo había hecho a lado de la persona que añoraba y que siempre había querido tener a su lado.

*** 

No, queridos míos no es proyección :) Este pequeño escrito que fluyo de mis dedos sin detenerme a releer una sola vez (todo un record) cumple la única función de ser un regalo para mí queridisima Sof; muchas gracias por el escrito de ayer en honor a mi cumpleaños, espero este pequeño escrito sea suficiente.

Ojala les haya gustado

1 comentario:

  1. Excelente escrito como siempre me impresiona
    hay talento ;)
    y afortunado aquel que puede despertar de un sueño y que este se transforme y se vuelva real. Despues de un Vívido beso inmaterial, vernos recompensados con esa certeza del poder tener aunque sea un contacto fisico.
    Cuantas veces no pude yo mismo tocar una parte de esa realidad, para asegurarme que cuando despertase iba a seguir ahi

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